Foto de Cartier Bresson

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viernes, junio 01, 2007

Agreste

La mirada sigue los contornos de siglos. No se sorprende. Las formas, nunca quietas, cambian con miles de colores que se sublevan no tanto ante las pupilas, si no ante la memoria. Con los pies parados en ella, cualquier lugar de la tierra desborda inteligencia.
Naturaleza mansa, pocas veces embravecida, si tan sólo la dejáramos ser agreste...
Sube el hombre, hiere planeta. Alambra, divide, se guarda sin repartir, acopia, especula, se detienen los dientes, los dedos se acaban. Crece el poder de su inteligencia y no es generosa.
Hierven las ciudades de calor nada humano, los edificios llegan al cielo sin identidad. Los puentes se sostienen con rabia de acero. Se escriben caras sobre el papel inmutable de todos los años y se hace dinero.
Millones de niños no comen, otros apenas... y trabajan. Millones del mundo que tienen millones.
La tierra entrega siempre. Cada tanto un grito voraz de sus entrañas. Duele silencio como una madre y otra vez entrega.
Inteligente hombre sordo, permanente hombre ciego. Un día, ni los millones, van a poder comprar el agua.
Si tan sólo la dejáramos ser agreste.

Mercedes Sáenz

5 comentarios:

Sonia Cautiva dijo...

¡Si tan sólo la dejáramos ser agreste!
Perfecto, sintético, cruel, real
¡¡HERMOSO, MERCEDES!!
SONIA

mercedes saenz dijo...

Muchísimas gracias, Sonia. Viniendo de vos, más me gusta. Mercedes

Sonia Cautiva dijo...

Me gusta como escribís, como pensás y me place leerte.
A través del Amigo Andrés tuve esa oportunidad y s algo más para agradecerle.
Un abrazo. Sonia

Andrés Aldao dijo...

Pocas palabras. Las necesarias, cayendo como machetazos sobre un tendal de yuyos secos. Y un grito...que se estrella contra una aridez de roca: la naturaleza pidiendo su derecho a ser. De 10 tu "Agrestre", Mercedes. Felicitaciones. ElsaJaná.

Avesdelcielo dijo...

El cuento lleva una realidad acuciante y mundial. Si los pensamientos de los seres humanos nos refrescáramos en pensamientos límpidos y " agrestes", dejando intereses e ideologías, nos daríamos cuenta que la Tierra y sus bienes fue entregada a todos los hombres para que los cuiden.¿Ay, no sea que Dios se arrepienta!
Bravo, Merci.-
MARITA RAGOZZA