Foto de Cartier Bresson

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martes, enero 29, 2008

EL JUEGO DE LA VERDAD


por Ester Man

...Se murió nomás. Ella, que según Juan tenía todo planificado, hasta los más pequeños detalles, no tomó en cuenta que se podía morir. ¿Para qué le sirvió negarle el divorcio durante años? Justo ella la tuvo que palmar... Ahora él es un honorable viudo y puede hacer lo que se le ocurra sin tener que ocultarse. A mí ella no me molestaba, era Juan el que todo el tiempo sólo pensaba cómo embromarla.
Vamos a ver si se va a casar conmigo. ¿Quién sería el mentiroso: Juan, que no nos compraba un departamento, ni me llevaba a París o por lo menos a Eilat, o ella, la bruja que según él nos perseguía, espiaba y controlaba sin pausa? ¿Cuántas veces me dijo que no diga nada por teléfono, que puede estar "pinchado", que no le abra la puerta a nadie?
No salíamos juntos, siempre nos encontrábamos en algún lugar, lejos de la ciudad, no volvíamos en el mismo colectivo... ¡qué sé yo todas las precauciones que me obligaba a tomar!
Y la ex lloraba por teléfono, le dejaba mensajes a los chicos en la contestadora: “¿por qué no vienen?, soy vuestra madre, yo les di la vida, los atendí cuando estaban enfermos, les di de mamar!”.
Y Juan me decía que no le haga caso, que eran todas mentiras, que él era el que cocinaba y se levantaba a la noche cuando alguno lloraba...Que ella era una egoísta, que eran lágrimas de cocodrilo...
¡Quién puede saber la verdad de la milanesa! Juan y los muchachos la saben bien pero nunca abrirán la boca. Ni siquiera el tiempo me develará la verdad, porque también puede ser que los dos eran unos reventados, ¿no?

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Veo todo, todo por dentro y por fuera. Nadie es hermoso, pero de todas maneras, el interior es mucho peor.
Siempre me gustó curiosear, me pasaba horas en la ventana del lavadero mirando la calle, y en muchas oportunidades creí conocer la verdad, creí saber lo que la gente pensaba y sentía.
Ahora todo se despliega bajo mis ojos. Yo estoy arriba, como en los sueños, como en la película de Woody Allen. Pero ellos no pueden darse cuenta. No pueden saber que yo los contemplo.
¿Será siempre así, o esto es sólo un período pasajero, hasta que mi alma se ubique?
No me atrae la idea de conocer lo que pasa por toda la eternidad, ya me bastó con este corto tiempo - desde hace dos días. Ver a mis queridos hijos y a sus esposas revolver mi ropa, mis libros... El montón de descarte mucho más grande que el que se llevaron a sus casas. Las sábanas y toallas limpias, planchadas y dobladas con cuidado hechas un bollo para la basura. Ni se tomaron el trabajo de regalarlas.
Pero bueno, ¿qué me puede importar ahora la ropa, los muebles y todas las cosas materiales que tenía? Mucho más me dolieron sus comentarios sarcásticos, sus bromas.
Ahora el mayor está diciendo “Kadish*. Este sería el momento para derramar algunas lagrimitas, pero mi ex, mis nueras y mis hijos miran a su alrededor, como si estuvieran midiendo el terreno, los ojos secos y la expresión distraída.
Ya desparramaron la última palada de tierra sobre mi tumba. La gente se da vuelta y empieza a caminar hacia la salida. Los sigo con mi vista o lo que sea... Los autos arrancan y ahora veo las cosas difusas, veladas. Todo se va borrando, ellos vuelven a sus pequeñas vidas y yo... ¿Adónde me lleva este fuerte viento, adónde me arrastra?
Ya no puedo ver la tierra ni los árboles ni las nubes: sólo veo esa luz que me enceguece...¡Adiós, mundo!

* Oración fúnebre que lee el hijo mayor o varón ante la tumba.

1 comentario:

silvia dijo...

ME GUSTA LA IDEA DE VER DESDE " ARRIBA"...Y EN LA SEGUNDA PARTE MOSTRAR LA AVARICIA ANTE LA MUERTE.



SILVIA